• Profesionales sanitarios aseguran que el dolor está infradetectado e infratratado en los procesos crónicos y demandan visualizar este problema como “un reto asistencial prevalente y relevante” en la atención de estos pacientes.

• El 5% de la población española tiene alguna enfermedad crónica compleja, con un deterioro progresivo y el 1,5% la sufre en una fase avanzada, progresiva y con un pronóstico de fallecimiento a medio o largo plazo.

• Actualmente se dispone de instrumentos y métodos para la identificación y atención integral e integrada de personas con enfermedades crónicas avanzadas y dolor, y es fundamental implementar estrategias sinérgicas de identificación y atención.

De izquierda a derecha,  los doctores  Dr. Gómez-Batiste, Lasmarias y Dr. Nuño. (Foto Berbés).

El Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad estima que el 45% de la población española mayor de 16 años padece al menos un proceso crónico de diferente magnitud. En los casos en los que existe un deterioro progresivo y un pronóstico de fallecimiento a medio o largo plazo, denominada enfermedad crónica compleja, la cifra asciende al 5% de los españoles y de ellos el 1,5% lo hace en una fase avanzada, según el doctor Xavier Gómez-Batiste, director de la Cátedra de Cuidados Paliativos de UVic-UCC/ICO, quien lamenta que el 70% de las personas con enfermedad crónica avanzada sufre dolor de diferente tipo, entre ellos, los musculares, artropatías degenerativas y posturales.

Con el objetivo de compartir experiencias en atención integral e integrada a personas con cronicidad avanzada; promover la cooperación en esta área; y visualizar el dolor como un reto asistencial prevalente y relevante, la Cátedra de Cuidados Paliativos de UVic-UCC/ICO (Universitat de Vic-Universitat Central de Catalunya / Institut Català d’Oncología para Programas Públicos de Cuidados Paliativos), la Sociedad Española del Dolor (SED) y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL), con el apoyo de Grünenthal, han organizado el simposio Chronos ‘Atención integral e integrada de personas con cronicidad avanzada: cronicidad-cuidados paliativos-dolor’. Esta reunión ha contado con la presencia de más de un centenar de expertos y la participación de los responsables tanto de estrategias nacionales como autonómicas sobre dolor, cronicidad y cuidados paliativos.

Para el doctor Gómez-Batiste, el dolor es una “auténtica epidemia” dentro de las enfermedades crónicas avanzadas: “A los expertos nos llama la atención que la alta prevalencia del dolor no se refleje como paradigma de la atención a la cronicidad como lo es en los casos de cáncer, por ejemplo, donde es un síntoma relevante al que se le presta especial atención”. En este sentido, el experto hace hincapié en que se trata de un problema infradiagnosticado e infratratado: “El objetivo de este simposio es aflorar el dolor como paradigma en la atención en cronicidad avanzada. En muchas ocasiones está poco identificado, no se evalúa y se trata de manera parcial y tardía”.

En la misma línea se ha mostrado la directora adjunta de la Cátedra de Curas Paliativas ICO-UVIC/UCC, Cristina Lasmarias, encargada de impartir un taller sobre el modelo asistencial y organizativo para la atención de personas con enfermedades crónicas avanzadas: “Queremos aprovechar la presencia de profesionales de diversos ámbitos asistenciales y líderes clínicos para trabajar desde la visión integral e integrada de la atención a la cronicidad, explorando propuestas de mejora de la atención”.

Para Lasmarias es fundamental ser conscientes de la prevalencia del dolor y la importancia del impacto que tiene en la calidad de vida, causando limitación funcional y aislamiento social en las personas que lo sufren, especialmente en los procesos de enfermedad avanzada: “Se requieren competencias clínicas concretas así como la inclusión de la valoración de los profesionales en las historias clínicas, desarrollando protocolos de intervención multidisciplinares”.

En este sentido, Roberto Nuño, director de Deusto Business SchoolHealth, de la Universidad de Deusto (Bilbao), defiende que el control de la progresión de las enfermedades crónicas y la posibilidad de aliviar el dolor y el sufrimiento es clave para el propósito de “vivir bien aunque se tenga una condición crónica”.

Hacia una visión global de la cronicidad

Para Nuño, la cronicidad es un fenómeno complejo que representa un éxito de la sociedad y del sistema de salud por haber cronificado patologías que eran letales hace pocas décadas, pero es necesario que las sociedades y los gobiernos de Europa se preparen para “el tsunami del envejecimiento y sus consecuencias” y para ello propone una visión global del problema: “En España se han dado importantes pasos al respecto y somos referentes globales en la materia, pero también se está perdiendo energía y hay quien postula que la cronicidad ya no está de moda. Lamentablemente, la cronicidad está aquí para quedarse”.

Lasmarias propone describir un modelo de atención que promueva el abordaje multidimensional bio-psico-social y espiritual, el control de síntomas, la implicación de la familia, atención centrada en la persona a través de la planificación de decisiones anticipadas, la adecuación del esfuerzo terapéutico y la integración asistencial con el fin de mejorar la atención de las personas con enfermedades crónicas avanzadas.

El doctor Gómez-Batiste, por su parte, destaca la importancia de este simposio para avanzar en la mejora de la atención a los pacientes con enfermedades crónicas avanzadas: “Es la primera vez que los diferentes abordajes de la cronicidad, cuidados paliativos y estrategias de dolor trabajamos juntos para desarrollar políticas y abordajes integrales”.

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