•Utilizar gafas de buceo, extremar la higiene, proteger los ojos del sol o mantener una buena hidratación son algunas de las recomendaciones.

El cloro, la sal, el sol, la arena de la playa o, incluso, las lentillas pueden convertirse en enemigos de nuestra salud visual durante los meses de verano. Desde Clínica Baviera recomiendan protegerse correctamente de estos agentes para evitar la aparición de conjuntivitis, irritaciones e infecciones en los ojos.

Según el director médico del centro, el Dr. Fernando Llovet, en esta época del año estamos más expuestos a sufrir conjuntivitis, una patología que produce la inflamación de la membrana trasparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados y que se caracteriza por producir quemazón, picor, enrojecimiento, lagrimeo, fotosensibilidad e hinchazón, entre otros síntomas.

Para evitar sufrir irritaciones o infecciones oculares, el centro ofrece una serie de recomendaciones:

  1. Gafas de bucear para nadar siempre que se pueda. El contacto del ojo con el agua del mar o de las piscinas puede producir irritación e, incluso en algunos casos, llegar a provocar una conjuntivitis por eso es importante usar gafas de bucear que protegen los ojos del cloro, la sal u otros productos cosméticos como repelentes de insectos o cremas.
  2. Extremar las precauciones con las lentes de contacto. Los usuarios de este sistema de corrección de los defectos refractivos nunca deben tomarse un baño en el agua y la piscina con ellas puestas, ya que existe un alto riesgo de contraer distintos tipos de infecciones oculares, que pueden llegar a ser muy graves.
  3. Utilizar lentes con filtros protectores también dentro del agua. La luz solar atraviesa el agua y también puede dañar los ojos mientras buceamos, por lo que, si además de usar gafas de buceo estas cuentan con filtro protector, mucho mejor. También es importante usar gafas de sol cuando estemos practicando deportes acuáticos como el surf o si estamos navegando.
  4. No frotarse los ojos. Hay que evitar frotarse los ojos, ya que al hacerlo se puede erosionar la córnea o al menos lavarse las manos antes de hacerlo, sobre todo, en aquellos casos, en los que se ha estado en contacto con el césped o la arena.
  5. No compartir toallas ni productos cosméticos. A través de estas prendas o productos se pueden contagiar enfermedades oculares. Además, se debe evitar que las toallas permanezcan húmedas mucho tiempo, ya que los gérmenes proliferan en estos ambientes.
  6. Usar humidificadores. El aire acondicionado de edificios, oficinas o vehículos, así como los ventiladores hace que se multiplique la sensación de ojo seco. Se puede evitar usando humificadores o lubricantes oculares, siempre que hayan sido prescritos por un oftalmólogo.
  7. Ducharse al salir del agua. De este modo, aclararemos bien la cara con agua limpia tras el baño y evitamos que entren agentes externos como sal, restos de protector solar o arena.
  8. Usar gafas de sol. Para proteger los ojos de la radiación solar, como del polvo, la arena, el polen u otras partículas es recomendable usar gafas oscuras y envolventes, que sean adquiridas en locales especializados y cuenten con certificado CE de fabricación y con el tipo de filtro más adecuado para el uso que le vamos a dar.
  9. Mantenerse hidratado. Con las altas temperaturas es necesario contar con una buena hidratación tanto interna como externa para contribuir así a mantener la flexibilidad de las membranas intraoculares, y si es necesario hidratar el ojo de forma externa mediante el uso de lágrimas artificiales.
  10. Acudir al especialista. En el caso de notar cualquier molestia o síntoma de conjuntivitis infecciosa, se debe acudir al oftalmólogo para que sea un especialista el que determine cuál es el tipo de conjuntivitis que se padece y pueda establecer el tratamiento médico más oportuno en cada caso.

“Son muchos los factores irritantes que afectan a los ojos durante los días de playa y de piscina. En un primer momento, si los ojos se enrojecen levemente, debemos lavar con suero fisiológico y aplicar gotas de lágrima artificial, pero si las molestias persisten o existen otros síntomas, debemos acudir al oftalmólogo para que evalúe el estado del ojo y efectúe un diagnóstico médico”, manifiesta del Dr. Llovet.

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