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Al ingresar en un Hospital te ponen la pulsera y el horrible camisón y te sientes tan vulnerable y perdido como en una cárcel
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Cuando un Paciente esta hospitalizado su mundo se reduce a una habitación en la que está encerrado con sus miedos e incertidumbre, con la esperanza de que entren por la puerta con buenas noticias
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Los Pacientes no somos números de historia ni patologías, somos personas. El mejor tratamiento es el que combina los medicamentos necesarios con dosis de humanidad y empatía
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La información es «poder» y vital para que un Paciente ingresado gestione bien sus emociones para enfrentarse a la enfermedad. La comunicación médico – paciente es parte fundamental en la atención al paciente, debe ser buena, fluida y bidireccional
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Los profesionales de enfermería son «piezas clave»para los Pacientes, son las personas que están más cercanas a sus necesidades
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Hagamos entre todos, que los fríos e impersonales Hospitales se conviertan en «Hogares» temporales para los Pacientes y sus familias
En el momento en el que ingresas como Paciente en un Hospital o Clínica, te colocan la pulsera y te ordenan que te desnudes y te pongas el horrible «camisón», te sientes vulnerable y tan perdido como en una cárcel. A partir de ese momento tu vida esta en manos de profesionales sanitarios, personas a las que no conoces, en la mayoría de los casos, y que te dicen lo que puedes o no hacer…Es el primer gran error…los Pacientes no somos números de historias clínicas ni patologías, somos personas con problemas de salud, con nombres y apellidos y con emociones, por tanto así se nos debe tratar, como a personas.
Cuando un paciente esta hospitalizado su mundo se reduce a una habitación en la que esta encerrado con miedo, angustia e incertidumbre, esperando un diagnóstico, sometiéndose a duros tratamientos o tal vez a punto de una intervención quirúrgica…en todos los casos con la esperanza de que quienes entren por la puerta traigan buenas noticias. Que los profesionales sanitarios, desde auxiliares, celadores, enfermeras y médicos se comporten con empatía y humanidad es el deseo y el mayor «premio» que te puede tocar cuando estas ingresado. Cuando se abre la puerta de la habitación, miras con el corazón a mil, la cara del médico, si esta serio piensas «malas noticias», «pasa algo malo», «la prueba ha salido mal»…a veces es cierto y otras veces es que el médico tiene mal día y el escaso minuto que te dedica lo hace con desgana y mala cara, aunque la información que te este dando sea positiva. La información siempre es poder, pero en esta situación la información es vital, un paciente bien informado gestionará mejor su enfermedad y sus emociones para enfrentarse a ella.
Sabemos que los profesionales sanitarios no pueden «cargarse»con todas las emociones de sus pacientes porque no aguantarían ni un día, pero tiene que haber un equilibrio, y los minutos que le dedique a sus pacientes cuando entran en las habitaciones, deben ser tiempo de calidad, en los que fluya una buena comunicación médico -paciente con empatía. El mejor tratamiento es el que combina medicamentos para nuestra enfermedad, con dosis de humanidad, de gestos y sonrisas que son terapéuticas y nos suben el animo para sobrellevar mejor todo el proceso.
«Pensé por primera vez que podía morir»
En mi caso solo he estado hospitalizada una vez para una intervención quirúrgica, que no era grave, pero fue tal el desbordamiento de emociones y de miedo brutal, de pensar por primera vez que podía morir… porque toda operación tiene riesgos, hasta la más sencilla…pensar que iba a poner mi vida en manos de otra persona. Y puedo considerarme afortunada porque entre mis mejores amigos hay profesionales sanitarios, que me recomendaron a un cirujano excepcional como profesional y como persona. En el primer encuentro que tuve con él en su consulta me explico de forma comprensible y sencilla la intervención, pero después le hice un gran número de preguntas con mis dudas, relacionadas con su equipo, la anestesia, modo de operar, cicatrización, recuperación, etc…me dijo con una gran sonrisa pero muy sorprendido «me has hecho un tercer grado, se nota que eres periodista, no me han hecho tantas preguntas ni para el MIR»…Le conteste «estoy poniendo mi vida en tus manos…es «suficiente» motivo para preguntar». Efectivamente me dio la razón, aunque también me contó que en su larga experiencia pocos pacientes pedían tanta información sobre sus operaciones y ahí la sorprendida fui yo…
Un momento terrible es cuando entra el celador por la puerta para llevarte a quirófano…como vino acompañado de mi cirujano y otro médico de su equipo tuve que controlarme y dignamente me despedí de mi familia y que duro es hacerlo con una sonrisa cuando solo tienes ganas de llorar, admito que no soy nada valiente, auqnue soy muy positiva también soy tremendamente realista…pero hay que sacar la inteligencia emocional en los peores momentos y el humor ayuda…hice un comentario sobre que tuvieran cuidado conmigo «que tengo una imagen que guardar» y todos nos reímos, sus palabras, sus sonrisas fueron tranquilizadoras. Y alguien a quien siempre recordaré un celador, que en el último momento ante la puerta del quirófano me vio flaquear, estuve a punto a de salir corriendo, me toco la mano y me dijo «Marta guapa, todo va a salir bien y aquí estaré dentro de un rato para llevarte de nuevo a tu habitación». Y todo salió bien y las enfermeras maravillosas, ¡¡Qué importante es el trabajo de enfermería!!, un trabajo que no está suficientemente reconocido ni por médicos ni pacientes…son las personas más cercanas a nuestras necesidades, me cuidaron tan tan bien…en dos días estaba ya en casa…
Este episodio y tantos que he vivido con familiares y amigos me reafirman en que la tecnología sanitaria avanza pero que necesitamos también de los profesionales sanitarios esa parte «invisible» que no les enseñan y que es tan importante «saber tratar y comunicarse con sus pacientes, con humanidad, con lenguaje comprensible, con una buena comunicación no verbal, la diferencia esta en los pequeños gestos que lo cambian todo». A veces en la vorágine diaria no os dais cuenta de que vuestro trabajo es el más importante del mundo, nos curáis, nos dais vida y cuando no hay solución nos acompañáis en el paso trascendental de la vida a la muerte. No hay nada más importe…
Por tanto gracias a los profesionales sanitarios, cada vez sois más, que os preocupáis por la salud «global» de vuestros pacientes, con profesionalidad y cercanía…y a los otros, también muchos profesionales que ni miráis a los ojos y contestáis con malas palabras, recordad que en esta vida «ser paciente es solo cuestión de tiempo» y un día estaréis al otro lado y entonces, tal vez cambie vuestra visión de como hay que tratar a los pacientes. Hagamos entre todos que los fríos e impersonales Hospitales se conviertan en «hogares» temporales para los Pacientes y sus familias, con un mejor ambiente los profesionales sanitarios trabajaríais mejor. Aunque en este aspecto entra la gestión sanitaria y esa ya es otra historia.
Porque la Salud es lo que importa…Pon #Saludentuvida
En mi última hospitalización me hicieron muchas pruebas, no sabían cómo manejar los síntomas… pero el trato del personal fue exquisito del primero al último en esos días y eso es algo que se agradece mucho en momentos así.
Gracias por compartir tu experiencia @Domandoallobo. Y es cierto que cada vez hay una mayor sensibilización en el trato a los Pacientes, aunque queda mucho por hacer.