•La presión por publicar y la inmediatez afectan a la calidad de las publicaciones científicas, según se ha puesto de manifiesto en la Jornada ‘La publicación científica a debate’ de la La Fundación de Ciencias de la Salud.

• El patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud reivindica el impacto positivo que la publicación científica ha tenido y tiene en la diseminación y aceleración del conocimiento, pero reconoce que hay un margen amplio de mejora.

• El incremento en el fraude en las publicaciones y en el sistema de revisión por pares se debe a la presión por publicar, por la inmediatez y por hacerlo preferiblemente en las mejores revistas.

• Los ponentes recomiendan transmitir a las nuevas generaciones de investigadores los tres pilares sobre los que se sostiene la investigación científica: el rigor en la obtención de los resultados, la reproducibilidad de los datos y la robustez del conocimiento.

Miguel García Guerrero, director de la Fundación General CSIC C, Rafael Dal-Ré, co-director del libro “Luces y sombras en la investigación clínica”, Ana Guerrero, Jesús Jiménez-Barbero, presidente de la Real Sociedad Española de Química y director Científico de CIC bioGUNE y José M. Mato,  director General de CIC bioGUNE y CIC biomaGUNE del País Vasco.

La Fundación de Ciencias de la Salud (FCS) ha organizado, con la colaboración de GSK, una jornada bajo el título ‘La publicación científica a debate’ en la sede del CSIC, que ha tenido como objetivo discutir sobre estos y otros aspectos de la publicación científica en la actualidad, tal y como ha explicado el profesor José M. Mato, patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud y director General de CIC bioGUNE y CIC biomaGUNE del País Vasco.

Durante la jornada, los ponentes han analizado el incremento en el fraude, no sólo en las publicaciones, sino también en el sistema de revisión por pares de las revistas científicas provocado por la presión por publicar, por la inmediatez y por hacerlo preferiblemente en las mejores revistas, una tendencia que influye de forma determinante en la carrera profesional de los investigadores, en la política editorial de las revistas científicas y en la misma misión de la investigación. Los participantes han coincidido en que la publicación científica se está convirtiendo en el fin de la investigación, dejando en segundo término su verdadero objetivo: ser el medio por el que se comunican los resultados de los trabajos científicos.

Para el D. José M. Mato, la presión por publicar en el sector académico ha convertido lo que era un medio (informar a los colegas sobre el resultado de las investigaciones) en un fin (la promoción profesional está ligada al número de publicaciones y las revistas en donde se ha publicado): “¿Puede alguien, sin embargo, poner en duda el impacto positivo que la publicación científica ha tenido y tiene en la diseminación y aceleración del conocimiento? Por supuesto que no, pero hay margen para mejorar su funcionamiento. Numerosas revistas científicas han comenzado a poner en marcha iniciativas para promover la calidad de las publicaciones”.

El patrono de la Fundación de Ciencias de la Salud ha recomendado transmitir a las nuevas generaciones de investigadores el mensaje de que el rigor en la obtención de los resultados, la reproducibilidad de los datos y la robustez del conocimiento obtenido, que son los tres pilares sobre los que se sostiene la investigación científica.

En la misma línea se ha mostrado el presidente de la Real Sociedad Española de Química y director Científico de CIC bioGUNE, D. Jesús Jiménez-Barbero, quien ha asegurado que las publicaciones científicas están destinadas a promover el progreso de la ciencia mediante la presentación, por parte de los investigadores, de informes detallados de sus nuevos resultados.

Tal y como ha afirmado el profesor Jiménez-Barbero se está fomentando el acceso abierto (“open access”) a todos los artículos científicos, sin coste para el lector: “El acceso abierto está revolucionando el sistema de publicaciones, basado históricamente en el pago de una suscripción a las revistas científicas por parte de las instituciones públicas o privadas. El objetivo último es compartir los resultados de la investigación para acelerar los avances en un campo determinado, por lo que esto ha afectado más a las revistas científicas en los ámbitos de ciencias de la vida y ciencias experimentales que a las revistas de humanidades y ciencias sociales”.

En este sentido, el presidente de la Real Sociedad Española de Química ha alertado de que la disminución en los costes de publicación provoca la proliferación de las llamadas “revistas basura” con estándares de publicación muy bajos y ha alentado a una reflexión urgente sobre el poder que pueden ejercer ciertas editoriales: “Si las evaluaciones de las propuestas de nuevos proyectos de investigación conceden un peso excesivo a las decisiones de los editores, facultan a las revistas a establecer las tendencias para el futuro de la Ciencia y, por ende, de nuestra sociedad. Es hora de que los organismos e instituciones financiadores afirmen su independencia”.

Para la Vicepresidenta Adjunta de Transferencia del Conocimiento perteneciente a la Vicepresidenta de Investigación Científica y Técnica de la Agencia Estatal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), la Dra. Ana Guerrero, las publicaciones científicas se enfrentan a algunas dificultades que se deben ir solventando, como puede ser la concentración editorial de las publicaciones, la preferencia por determinadas lenguas a la hora de la publicación (el inglés como lengua de comunicación científica), el cambio que se está produciendo con la edición electrónica y las publicaciones en Open Access, así como , la imposición de criterios de evaluación de determinadas herramientas y plataformas de evaluación. En otras ocasiones, hay un coste por publicar en determinadas revistas de alto impacto y prestigio que supone un freno para el propio investigador o la dilatación en el tiempo de los procesos de revisión de los trabajos (libros o artículos) de algunas revistas y editoriales por la complejidad de dichos procesos.

En cuanto a los retos para el futuro, la Dra. Guerrero ha destacado que las publicaciones deben adaptarse a las nuevas necesidades de uso y consulta a los cambios que supone la edición en soporte digital: “La evaluación de la actividad científica a través de las publicaciones está cada vez más extendida, por lo que debe ser cada vez más racional y objetiva. Deben establecerse criterios de evaluación justos y transparentes que tengan en cuenta las características y hábitos de publicación propios de las distintas áreas científicas, se debería evitar la discriminación de publicaciones de valor por su lengua o por su país de origen”. Para la Dra. Guerrero, lo más importante es que la ciencia llegue a cualquier institución científica, independientemente de su localización.

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