• El síndrome de fatiga crónica se trata de una condición clínica que ocasiona una
fatiga debilitante en quien la padece y que, además de ser inexplicable, es
persistente en el tiempo.
• Los síntomas, aunque son constantes, pueden empeorar tras realizar un
sobre esfuerzo mental o físico.
• No existe una cura para el síndrome de fatiga crónica, por lo que los diferentes
tratamientos van más encaminados al alivio de los síntomas y a la mejora de la
calidad de vida del paciente.
• Lo que sí ha demostrado ser eficaz es realizar un cambio de estilo de vida,
mejorando la alimentación, el sueño, y aumentando la actividad física habitual de
los pacientes.

El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad cada vez más estudiada, aunque aún se conoce poco acerca de ella.

Levantarse cada mañana con un cansancio extremo no necesariamente significa que no se haya podido descansar bien. El cuerpo pesa, duele y, a veces, uno hasta se siente incapaz de llevar a cabo las actividades programadas a lo largo del día. Un día tras otro; un día tras otro… sin mejoría.
El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad cada vez más estudiada, aunque aún se
conoce poco acerca de ella. Los especialistas de mediQuo, el chat médico 24/7 donde consultar
directamente con médicos y especialistas de la salud, explican que se trata de una condición
clínica que ocasiona una fatiga debilitante en quien la padece y que, además de ser inexplicable, es persistente en el tiempo. Además, esta fatiga puede empeorar con actividad física y/o mental, pero no mejora tras el descanso.Se estima que la fatiga crónica afecta aproximadamente a 2 de cada 10 españoles y, el 85% son mujeres.

De momento, no existen tratamientos eficaces. La propia fatiga crónica es un
síntoma frecuente de la población general, así, entre un 5 y un 20% de los enfermos que
acuden a Atención Primaria, presenta fatiga durante más de un mes en algún momento
de su vida

.Los especialistas  advierten que, aunque no es hereditaria, sí tiene predisposición
genética y suele presentarse más frecuentemente en mujeres de mediana edad y de la raza
blanca.

¿Cuáles son los síntomas?
Quien padece esta enfermedad, puede presentar variaciones en la intensidad y tipo de síntomas a lo largo del tiempo. Además, hay que tener en cuenta que estos síntomas, aunque son constantes, pueden empeorar tras realizar un sobre esfuerzo mental o físico. No obstante,
los más frecuentes son:
• Problemas de memoria o dificultad para la concentración.
• Dolores generalizados no atribuibles a otras causas.
• Insomnio o dificultad para conciliar el sueño.
• Dolor de garganta.
• Dolor de cabeza.
• Mareos.
¿A qué se debe?
Aunque todavía no se conocen las causas que pueden llevar a un síndrome de fatiga crónica,
se cree que son diversos los motivos por los que puede darse en un momento determinado.
Entre los factores desencadenantes se incluyen: infecciones virales, trastornos del sistema
inmunitario o alteraciones hormonales.
Además, se consideran factores de riesgo:
• Sexo. Las mujeres son más propensas a sufrir este trastorno.
• Edad. Aunque puede aparecer a cualquier edad, es más frecuente entre los 40 y los
60 años.
• Estados de ansiedad.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico es principalmente por descarte. Los especialistas recomiendan
hacer una entrevista clínica completa para conocer los síntomas, su aparición, su evolución y
los antecedentes personales y familiares.

También es necesario realizar una exploración física exhaustiva y es probable que se soliciten
pruebas de laboratorio y de imagen para descartar otras patologías que pueden cursar con
síntomas similares.
En el momento en que quedan descartadas otras enfermedades, y si la sintomatología es
compatible con el síndrome de fatiga crónica, es cuando se puede confirmar el diagnóstico.
¿Cómo se trata?
Según los especialistas no existe una cura para el síndrome de fatiga crónica,
de modo que los diferentes tratamientos van más encaminados al alivio de los síntomas y
a la mejora de la calidad de vida del paciente que lo padece.
Tampoco hay tratamientos médicos que hayan demostrado funcionar al 100%, por lo que es
habitual que el médico del paciente vaya rotando hasta encontrar la mejor opción.
Lo que sí ha demostrado ser eficaz es realizar un cambio de estilo de vida, mejorando la
alimentación y el sueño y aumentando la actividad física habitual de los pacientes.
Además, los expertos recomiendan conseguir ayuda psicológica para mejorar la ansiedad de base, pues aprender a vivir con este trastorno es fundamental.

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