•La La dermatitis atópica afecta al 20% de los niños y alrededor del 3% de los adultos en todo el mundo; el 50% de los pacientes con DA padecen episodios de depresión o ansiedad.
•La prevalencia de la dermatitis atópica en España se estima en un 3,4% de la población general.
•El 60 por ciento de los pacientes diagnosticados de dermatitis atópica en una primera consulta alergológica era menor de 15 años.
•En Europa, los pacientes con dermatitis atópica presentan una media de 2,7 días de absentismo laboral debida a su enfermedad
La dermatitis atópica (DA) es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que puede cursar con heridas, lesiones cutáneas y prurito intenso. Su morfología y distribución corporal puede variar en función de la edad. La DA viene causada por una inflamación en el organismo, que puede ser provocada por la hiperactividad del sistema inmunitario.
Según los especialistas la dermatitis atópica se ha convertido en un problema de Salud Pública, debido a que en los últimos años ha habido un incremento de su prevalencia y es causante de la “marcha atópica”, que puede producir la progresión de la dermatitis hacia otras enfermedades alérgicas como el asma o la rinitis alérgica, sobre todo en los niños. Tal y como indica la doctora Milagros Lázaro, coordinadora del grupo de trabajo sobre dermatitis atópica del Comité de Alergia Cutánea de la Sociedad Española de Alergia e Inmunología Clínica (SEAIC), “en los últimos años ha adquirido un protagonismo notable generado por el mayor conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad, y como consecuencia, está en desarrollo la investigación de nuevos tratamiento tanto por vía tópica como por vía sistémica”.
Actualmente la DA es una enfermedad crónica incurable que debido a sus síntomas puede afectar significativamente a la calidad de vida de los pacientes. Las personas que viven con esta patología ven sus efectos en la piel (enrojecimiento, hinchazón y lesiones) pero también sienten el efecto debilitador que tiene en sus vidas diarias, como el picor persistente, la piel agrietada, gruesa y supurante. Además, esta afección puede provocar efectos psicológicos negativos tales como alteraciones del sueño, ansiedad, depresión o aislamiento. Para Jaime Llaneza, presidente de la Asociación de Afectados por la Dermatitis Atópica (AADA), “vivir con DA es vivir con un picor constante que no te deja disfrutar con normalidad de cosas más sencillas y cotidianas”.
Primeros síntomas en la infancia
En la mayoría de los casos, la DA aparece durante los primeros cinco años (71%) y son pocos los que empiezan a manifestar la enfermedad a partir de los siete años (24%). Debido a su temprana aparición, la actividad de los niños se ve mermada afectando a su rutina diaria o a su integración con otros niños. Según los datos del Informe Alergológica 2015 los niños con DA en edad escolar faltaron una media de entre 10-24 días/año a clase. Esta patología afecta también significativamente a sus familiares provocando que un 22% de los padres de los pacientes faltaran una media de entre 9-17 días/año a su trabajo. Así mismo, entre los pacientes adultos se produjo una media de 2,7 días/año de absentismo laboral a causa de los síntomas. “Esta dermatitis, que afecta hasta alrededor del 15-20 por ciento de los niños, se mantiene en muchos casos hasta más allá de la adolescencia. Algunos pacientes continúan con esta enfermedad activa en la edad adulta, lo que afecta a su vida laboral y social considerablemente”, indica la doctora Milagros Lázaro.
Para la mayoría de los alergólogos y dermatólogos la dermatitis atópica no está reconocida como una alergia pura, aunque si se le considera una enfermedad heterogénea que puede presentarse en dos variantes en función de la identificación de un desencadenante alergénico: la forma atópica o extrínseca, en la que intervienen alérgenos del entorno (ya sean ambientales o alimentarios), y la forma no atópica o intrínseca que, al igual que la variante extrínseca, está vinculada a una predisposición genética, alteraciones inmunológicas o alteraciones vasculares, pero en la que no existe una relación de causa-efecto con alérgenos reconocidos.
“Las causas que la provocan no son fáciles de determinar, a la propia enfermedad se asocian en ocasiones factores agravantes y por tanto, su diagnóstico y manejo es a menudo complicado”, afirma el doctor Joaquín Sastre, presidente de la SEAIC.
La prevalencia de la dermatitis atópica en España se estima en un 3,4 por ciento de la población general, del cual el 60 por ciento de los casos son infantiles, destacando que en el 19,1 por ciento de estos casos se produce en niños de 0 a 5 años. “Es esencial para los pacientes que padecen dermatitis atópica, para sus familiares y para toda la comunidad sanitaria que se conozca esta enfermedad, qué complicaciones pueden surgir y cómo tratarla”, indica la doctora Lázaro.
“Hay que lograr concienciar a la sociedad, a través de crear una red de pacientes que entiendan qué es vivir con esta patología a diario, que luchen por sus intereses y que sea reconocida y respetada por todos”, añade Jaime Llaneza.
La DA es una enfermedad multifactorial en la que el tratamiento debe ir dirigido a mejorar la barrera cutánea, evitar la deshidratación y tratar la inflamación en las fases agudas de la enfermedad. En general, se aplican corticosteroides tópicos o inhibidores de la calcineurina. En este aspecto, en cuanto a tratamientos tópicos, se han producido novedades recientes, como el desarrollo de inhibidores de la fosfodiesterasa 4 PDE4. La alergóloga destaca que “los casos más graves exigen recurrir a tratamiento por vía sistémica administrando fármacos denominados inmuno-supresores, no carentes de efectos adversos. En este campo, disponemos de un futuro prometedor, con la incorporación de los llamados medicamentos “biológicos”.
Porque la salud es lo que importa…Pon #saludentuvida
9 Replies to “La dermatitis atópica, un problema de Salud Pública”
Comments are closed.