El ictus o infarto cerebral es un trastorno brusco de la circularización de la sangre que llega al cerebro debido a que un vaso sanguíneo se rompe o es taponado. Tras este bloqueo, las células nerviosas del cerebro dejan de recibir el oxígeno necesario y terminan muriendo.
· El reconocimiento precoz de los síntomas de un ictus es fundamental para disminuir las secuelas que impactan directamente en la calidad de vida de las personas
Las enfermedades cardiovasculares son consideradas la segunda causa de muerte en nuestro país. Unas 120.000 personas sufren un ictus y alrededor de 25.000 fallecen cada año en España a causa de esta enfermedad*. Hoy en día existen tratamientos que pueden ser efectivos en reducir las secuelas de un ictus, pero éstos deben realizarse en las primeras horas tras sufrir el evento, por lo que el tiempo y la detección es clave. Por el Día Mundial del Ictus, que se celebra hoy 29 de octubre, el Hospital Los Madroños, centro de referencia nacional en el campo de la neurorrehabilitación, junto con la doctora Natacha León, directora de la Unidad Avanzada de Neurorrehabilitación, identifican los síntomas secundarios al ictus con el fin de poder actuar con la mayor brevedad posible.
“Podemos utilizar la regla FAST para reconocer los signos más comunes asociados a la parálisis facial, dejar de sentir un brazo o que se suceda un lenguaje inconexo, donde el tiempo será clave para la recuperación y las secuelas. Sin embargo, la sintomatología de un ictus puede ser mucho más variada y en ocasiones bastante difícil de detectar, por lo que es importante estar atentos a otros síntomas”, comenta la doctora León.
1. Regla FAST (Face, Arms, Speech, Time – Cara, Brazos, Lenguaje, Tiempo): los signos más reconocidos son la parálisis facial, que presenta una desviación súbita de la comisura bucal, con babeo asociado y alteración de la articulación, con modificación de la simetría facial y que puede asociar un párpado caído; dejar de sentir o mover el brazo de manera completa o parcial; y la aparición de un lenguaje ininteligible o inconexo, aparición de balbuceos, o la ausencia de respuesta ante órdenes verbales.
2- Pérdida de fuerza en extremidades: uno de los síntomas más reconocibles del ictus es la pérdida de fuerza súbita en las extremidades, generalmente afectando tanto a brazo como pierna de un mismo lado del cuerpo y en diferente grado, desde completa hasta leve. Dicha pérdida puede manifestarse por torpeza en los movimientos, tropiezos por falta de fuerza en el pie o la caída completa de la persona por falta de fuerza en la pierna.
3. Pérdida y/o alteraciones en la sensibilidad: la persona puede sentir calambres, hormigueos o completa ausencia de sensibilidad en parte o totalidad de hemicuerpo y cara.
4. Alteraciones de la consciencia: la persona que está sufriendo un ictus puede presentar diversos grados de alteración de la conciencia, desde repentina desorientación, puede no reconocer caras, mostrar extrañeza o miedo hasta presentar somnolencia repentina o incluso falta de respuesta.
5. Disfagia: debido a la alteración motora y sensitiva provocada por el ictus, la musculatura orofaríngea puede estar afectada y provocar dificultades en la deglución de la persona, provocando disfagia y por tanto posibilidad de atragantamiento, tanto con líquidos como sólidos.
6. Alteraciones cognitivas: El paciente puede modificar el curso de una conversación con un tema no relacionado, o con discurso vacío, repetir información ya conocida… Cualquier comportamiento que nos resulte extraño o inadecuado para la persona puede ser consecuencia de estar sufriendo un ictus.
7. Cefalea: Aparición súbita de dolor de cabeza intenso, sin localización específica, global y frecuentemente asociado a vómitos y alteraciones del nivel de consciencia.
8. Alteraciones visuales: La aparición de ceguera súbita de todo o parte del campo visual, la aparición de centelleos u otros fenómenos visuales extraños debe alertarnos como posible síntoma de que se está sufriendo un ictus.
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