• La preservación de la fertilidad en enfermos de cáncer que aún no están en edad fértil es el siguiente reto de la Medicina Reproductiva. «Preservarla entre  los 25 y los 35 años aumenta las tasas de éxito», sostiene José Remohí, copresidente y fundador de IVI,

• Los expertos, en el ,7th   International IVI Congress sobre Medicina Reproductiva  celebrado en Bilbao, recomendaron  no retrasar la mateernidad: a mayor edad, mayores problemas,

El profesor José Remohí, copresidente y fundador de IVI, durante las sesiones del 7th International IVI Congress celebrado del 11 al 14 de mayo en Bilbao

Existe actualmente una tendencia creciente a retrasar la maternidad que exige a los profesionales de la Reproducción Asistida adaptarse a esta realidad. En estos casos, la vitrificación de ovocitos se confirma como la técnica más habitual cuando se pospone el embarazo, bien sea por una decisión social o por un problema oncológico. Pero la edad a la que se decide vitrificar también influye.

La mujer nace con cerca de un millón de ovocitos, que se van reduciendo antes de la pubertad, para quedar en 400.000 aproximadamente. De los cuales va gastando casi 1.000 en cada ciclo menstrual. “Por tanto, a partir de los 35 años, esta reserva ovárica ya está en casi el 10 % del total y la calidad de los óvulos es peor. Nos encontramos con que una mujer de 40 años apenas tiene óvulos buenos para gestar un niño sin fallos reproductivos y/o cromosómicos. Los investigadores de la Universidad de St. Andrews concretan en un 3 % la reserva ovárica de estas mujeres”, asegura el profesor José Remohí, copresidente y fundador de IVI, durante las sesiones del 7th International IVI Congress. “Las cuentas no fallan, nosotros los ginecólogos lo sabemos, la fertilidad de la mujer no es infinita. Son las mujeres las que deben tomar conciencia. Pueden existir embarazos espontáneos, sí, pero son muy poco probables y además con muchos riesgos”, matiza el doctor.

Guardar la maternidad bajo cero

La vitrificación nació como una esperanza para las mujeres que iban a someterse a tratamientos oncológicos o a una cirugía de ovarios, y hoy recurre a ella un mayor porcentaje de mujeres por motivos sociales. El método consiste en una “congelación” ultrarrápida que permite preservar el óvulo en óptimas condiciones para ser usado cuando la mujer quiera. Gracias a los nuevos avances aplicados por los especialistas de IVI, se consiguen tasas de supervivencia de estos ovocitos del 90 %.

“La vitrificación es un método simple que ha revolucionado la criobiología y se ha convertido en la llave de otras muchas técnicas en nuestras clínicas. Ofrece una tasa de éxito elevada y un coste accesible. Es una decisión con muchas más ventajas que inconvenientes. Si se analiza el objetivo final (mantener casi intactas la posibilidad de ser madre) es altamente recomendable. Es una esperanza y una puerta abierta al control de la mujer sobre su tiempo, su cuerpo y su deseo, o no, de ser madre. Es el primer paso para la autonomía reproductiva femenina”, declara el Dr. Juan Antonio García-Velasco, director de IVI Madrid y ponente del 7th International IVI Congress.

Final de los 20 principios de los 30: la edad clave

La edad es clave para los tratamientos de Reproducción Asistida. Se ha convertido en el factor principal de todos los problemas que presentan las mujeres y/o parejas que no consiguen un embarazo natural. “El retraso de la maternidad es una realidad. Que las mujeres se encuentran en su mejor momento social, emocional, psicológico y económico a finales de los 30 años es otra. Pero la Biología no lo sabe. Ella sigue haciendo las cosas como siempre y no para de decirnos que la edad óptima para ser madre es otra. Por eso, preservar la fertilidad vitrificando ovocitos cuando se encuentran en ese momento óptimo es un seguro de tranquilidad para todas ellas”, matiza el profesor José Remohí.

Si bien es cierto que la vitrificación de ovocitos en pacientes mayores de 35 es posible, las mujeres deben ser conscientes de que cuanto antes consideren la opción de vitrificar sus óvulos, más posibilidades tendrán de cumplir su deseo reproductivo en un futuro. “Hoy en día, en IVI disponemos de programas de criopreservación muy eficaces y seguros, podemos confiar en que producirán el resultado esperado. Pero la edad es clave. Preservar entre los 25 y los 35 años es lo óptimo. Mientras que la supervivencia de los ovocitos es similar, las tasas de éxito de embarazo disminuyen cuando se ha vitrificado a una edad mayor, de igual modo que ocurre con ovocitos frescos”, explica la Dra. Ana Cobo, directora de la Unidad de Criopreservación de IVI Valencia, y autora de la ponencia titulada “Factors impacting the success of elective fertility preservation” durante el congreso.

Preservación de la fertilidad en pacientes oncológicos infantiles 

Aunque el uso social es el mayoritario actualmente, no hay que olvidar que la vitrificación para preservar la fertilidad tiene su origen en ayudar a los pacientes a mantener las posibilidades de ser madre/padre tras superar los procesos oncológicos. En este sentido, el 7th International IVI Congress ha servido para presentar los últimos avances en pacientes oncológicos infantiles, cuando todavía no han llegado a la edad fértil.

Vinculado a la tasa de supervivencia, la comunidad científica trabaja en evitar o disminuir los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos en el futuro de estos pacientes. Los casos estudiados hasta el momento presentan mayor tasa de éxito en niñas que en niños. “En estos perfiles, la técnica más usada es la congelación de tejido ovárico. Ya se han conseguido nacimientos en madres que tuvieron cáncer en su etapa infantil y preservaron la fertilidad. No son en España, pero es una esperanza para otros casos similares”, concluye el Dr. Juan Antonio García Velasco.

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