• En el Día Mundial del Sueño, el doctor Eduardo González Zorzano, recuerda que dormir poco “reduce el rendimiento laboral, aumenta el riesgo de accidentes e influye en el aumento de grasa corporal”
• Entre un 20 y un 48% de la población adulta española sufre dificultad para iniciar o mantener el sueño y menos de un tercio de las personas con problemas de sueño buscan ayuda profesional.
• Aunque no es tan prevalente, al menos unas 25.000 personas padecen en España otro trastorno del sueño que el 18 de marzo también se conmemora en Europa como su día: la narcolepsia.
• La SEN estima que entre el 60% y el 80% de los pacientes con narcolepsia y el 90% de los pacientes con apnea del sueño o con síndrome de las piernas inquietas no están diagnosticados.
“La privación de sueño merma nuestro rendimiento laboral y provoca fallos de memoria y de razonamiento, irritabilidad, ansiedad e incluso aumenta el riesgo de accidentes. Es más, en los últimos años, se ha demostrado que dormir poco está relacionado directamente con el aumento de la grasa corporal, y por lo tanto, con la obesidad”, afirma Eduardo González Zorzano, experto médico de Laboratorios Cinfa.
Sin embargo, hoy, 18 de marzo el Día Mundial del Sueño, son muchos los españoles que no consiguen descansar un número suficiente de horas. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), de un 10% a un 15% de la población adulta de nuestro país padece de insomnio crónico, lo que se traduce en más de cuatro millones de adultos españoles con problemas para dormir.
Como apunta el experto de Cinfa, “a medida que envejecemos, el sueño se hace más frágil y se interrumpe con mayor facilidad. En todo caso y a cualquier edad, tener un descanso nocturno adecuado es básico para disfrutar de buena salud a todos los niveles”.
En esta misma línea, el doctor Hernando Pérez., Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología (SEN) explica que el sueño es un proceso fisiológico de vital importancia para la salud integral de los seres humanos, para la supervivencia del individuo y para el correcto funcionamiento del sistema nervioso. «Si no conseguimos dormir bien se reduce la calidad de vida, aumenta el riesgo de hipertensión y, por tanto, de sufrir un accidente cerebrovascular, y se pueden agravar otras enfermedades que parezcamos. Pero además nuestras funciones cognitivas se ven afectadas: baja la concentración y la capacidad de atención, el tiempo de reacción aumenta, se pueden producir fallos de memoria, cambios bruscos de humor y alteraciones en el proceso de toma de decisiones, problemas de aprendizaje, etc. Por lo tanto, tener una buena calidad de sueño es fundamental”
Pero, ¿qué es tener una buena calidad de sueño? “Hay tres aspectos básicos para determinar si una persona tiene una buena calidad de sueño: la duración, la continuidad y la profundidad. Es decir, si el tiempo dedicado a dormir no es suficiente para sentirnos descansados al día siguiente, si hay interrupciones en nuestros ciclos de sueño, o nuestro sueño no es lo suficientemente profundo para considerarlo restaurador, es que no tenemos una buena calidad de sueño y, por lo tanto es el momento de visitar a un profesional”, añade el experto de la SEN .
Alteraciones emocionales y trastornos físicos
Una de las causas más frecuentes del insomnio son las alteraciones emocionales acompañadas de sentimientos de angustia y preocupación, aunque también pueden darse causas médicas como trastornos físicos que produzcan dolor, picores o escozor, al igual que enfermedades psiquiátricas como la ansiedad o la depresión.
“Entre los factores externos más habituales –continúa González Zorzano-, se incluyen los malos hábitos de sueño, el abuso de medicamentos o de sustancias estimulantes como el café o el chocolate, el trabajo por turnos o los viajes frecuentes. Estos últimos, por ejemplo, reducen la producción de la melatonina, que da la señal al cuerpo de que se prepare para dormir”.
Por este motivo, la incorporación de unas pautas de higiene del sueño a la rutina diaria resulta crucial para mejorar la calidad del sueño y restablecer el descanso. “, dura menos de una semana, pero, si no se siguen unos hábitos de sueño saludables, puede volverse crónico”, advierte el experto.
Decálogo de consejos para conciliar el sueño:
1. Establece un horario de sueño regular. Intenta acostarte y levantarte cada día a la misma hora y sigue el ritmo de sueño que te marca el organismo. Y no es recomendable que te quedes en la cama más tiempo del necesario para dormir.
2. Atención a los factores ambientales. Mantén el dormitorio oscuro, tranquilo, bien ventilado y con una temperatura ambiental confortable a lo largo de la noche. Dormirás mucho mejor.
3. Mantén la cama en buenas condiciones. Es importante que tu colchón no sea ni demasiado blando ni demasiado duro. La almohada ha de tener la densidad y la altura adecuadas para ti. Recuerda también que la cama debe ser utilizada para dormir y no para leer, ver la televisión o trabajar, con el fin de evitar sueño fragmentado y de mala calidad.
4. Regula los horarios de las comidas. Sobre todo, no comas ni bebas grandes cantidades durante las tres horas previas a irte a la cama, ya que las comidas copiosas producen digestiones pesadas que interfieren con el sueño.
5. Evita las siestas largas durante el día. Estas poseen beneficios cardiovasculares y mentales demostrados, pero no deben ser muy largas para que no cueste dormir por la noche. Lo más recomendable es que duren entre quince y treinta minutos y que el intervalo desde la finalización de la siesta hasta el momento de irte a dormir por la noche sea al menos de siete horas.
6. Ve a la cama en cuanto tengas sueño. No es bueno quedarse dormido viendo la tele en el salón, ya que luego resulta más difícil volver a dormirse en la cama. De manera que, cuando sientas pesadez en los párpados o que la boca se te abra, es hora de cambiar el sofá por la cama
7. Establece un ritual relajante para ir a dormir. Puede ayudarte a liberar tensiones realizar alguna actividad relajante media hora antes de acostarte como leer, escuchar música suave, practicar ejercicios de relajación o tomar un baño o una ducha, para eliminar tensiones. Si aun así no logras conciliar el sueño, concéntrate en pensamientos positivos y tranquilizantes en vez de insistir en ello.
8. Lleva un estilo de vida saludable. La alimentación equilibrada y el deporte deben acompañarse de otros hábitos sanos como reducir o eliminar el consumo de tabaco, de bebidas alcohólicas o sustancias estimulantes como el café, cafeína o el té, que pueden llegar a mermar la calidad del sueño.
9. Realiza ejercicio físico. A ser posible, unos 30-40 minutos todos los días. No obstante, debes procurar no realizar actividad física entre cuatro y seis horas antes de acostarte, debido a su efecto excitante.
10. Consulta con el farmacéutico la posibilidad de utilizar soluciones nutricionales. El empleo de complementos alimenticios que contengan melatonina puede ser un recurso adecuado, ya que se ha demostrado que un aporte externo de esta sustancia natural ayuda a disminuir el tiempo necesario para conciliar el sueño. Además, el uso de complementos con amapola de California y valeriana son adecuados en aquellos casos de insomnio por nerviosismo.
El 18 de marzo también es el Día Europeo de la Narcolepsia
Aunque no es tan prevalente, al menos unas 25.000 personas padecen en España otro trastorno del sueño que el 18 de marzo también se conmemora en Europa como su día: la narcolepsia.
Caracterizado porque su síntoma más incapacitante es la somnolencia excesiva diurna, la SEN estima que entre el 60% y el 80% de los pacientes con narcolepsia están sin diagnosticar y que incluso, en algunos casos, no se detecta hasta los 10 años de haber comenzado a tener los primeros síntomas, por lo que su incidencia podría ser mayor.
“Avanzar en la identificación temprana de narcolepsia, pero en general de cualquier trastorno del sueño es indispensable para una mejor gestión y seguimiento de estos pacientes, así como para mejorar su calidad de vida. Esta necesidad se hace aún más importante en los niños pequeños, en adolescentes y en personas que comienzan a integrase laboralmente, por las consecuencias que estas enfermedades tienen en ellos”, destaca el doctor Hernando Pérez, Coordinador del Grupo de Estudio de Trastornos de la Vigilia y Sueño de la Sociedad Española de Neurología. “Lo primordial es que los pacientes o sus familiares sean conscientes de que no se está descansando de forma adecuada y que acudan a un especialista”.
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