• Para evitar el síndrome postvacacional infantil provocado por la vuelta al colegio,  los expertos apuestan por recomponer rutinas y hábitos saludables evitarán rechazo al colegio, angustia en los alumnos

• Cerca de 5 millones de menores comienzan las clases en la primera quincena de septiembre, lo que supondrá un duro cambio en sus costumbres diarias.

• Los expertos reconocen que los hábitos saludables ayudarán a que las defensas de los niños estén en condiciones óptimas y recuerdan la importancia de las vacunas que «protegeran a los alumnos del riesgo de agresión de distintos gérmenes»

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Síndrome potsvacacional ¿mito o realidad? Lo cierto es que los expertos sostienen que la apatía, el rechazo a la vuelta al cole también puede afectar a los niños

Lograr que los niños y niñas estén motivados y predispuestos para volver al colegio puede llegar a ser complicado, sobre todo, después de tantos días sin sentarse en un pupitre. ¿Cómo conseguir que afronten con alegría el retorno a las clases y a la disciplina de horarios del colegio. Los expertos sostienen que recomponiendo las rutinas y hábitos saludables evitarán el rechazo al colegio, la angustia en los alumnos y las primeras infecciones del curso.

Alrededor de 5 millones de menores se incorporarán a las aulas en España en las dos primeras semanas de septiembre. Este hábito que abarcará cerca de un tercio de su vida supone un duro cambio en sus rutinas, especialmente entre los que se incorporan por primera vez, y puede acabar en una crisis de adaptación, lo más parecido al síndrome postvacacional de los adultos.

Esta crisis es algo normal y muy comprensible en niños que llevan desde junio sin horarios fijos, con menos preocupaciones y responsabilidades y en ambientes diferentes a los que van a encontrar en la escuela. El cambio puede ser más acusado en niños pequeños que inician su periodo escolar, en aquellos que más han variado en verano sus rutinas, en los que cambian de centro y compañeros o incluso aquellos que simplemente cambian de etapa en la escuela.

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Los cambios que implica el colegio requieren colaborar en el esfuerzo de adaptación para asumirlos y poder volver a la rutina del curso escolar. Estos se extienden también al contacto con nuevos profesores, el conocimiento de nuevos compañeros, las nuevas asignaturas y, en ocasiones hasta a un nuevo colegio.

El apoyo del binomio padres-educadores es fundamental para transmitir una impresión positiva de lo que representa la vuelta al colegio. De la misma forma que en los adultos se plantea el famoso síndrome postvacacional al volver a sus puestos de trabajo, los niños pueden llegar a tener cierto nerviosismo y estado de ansiedad cuando les toca volver al colegio….y no digamos si es la primera escolarización. En una o dos semanas la mayoría de  los alumnos se suelen adaptar a la normalidad escolar. Algunos alumnos que van a tardar algo más; los pediatras de Atención Primaria recomendamos tener  paciencia y tranquilidad, sin exigirles mucho y ofrecerles algo más de margen de tiempo para recuperar el ritmo, ya que cada niño tiene su medida del tiempo. Siempre será mejor evitar las dichosas comparaciones.

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Practicar alguna actividad que requiera ejercicio físico les ayudará a estar en forma, tanto a nivel de cuerpo como de mente

La mejor forma de ir adaptándose antes del cambio sería ir progresivamente aplicando rutinas que dan confianza y seguridad a los estudiantes. También es bueno programar las actividades extraescolares del menor, implicándolo y buscando su colaboración. Hay que pensar que ellos necesitan tiempo para descansar y para jugar, y no es bueno sobrecargarles de obligaciones. La actividad física cotidiana, practicar algún deporte, ayudará a estar en forma, tanto a nivel de cuerpo como de mente, busque con sus hijos deportes que le motiven.

Los horarios son uno de los aspectos fundamentales para una  buena adaptación del niño al colegio, al horario escolar, siendo conveniente que se pongan en marcha unos días antes de que llegue el primer día de su escolarización y, a poder ser, de mutuo acuerdo.  La hora del despertar de cada mañana es uno de los momentos que más conflictos provoca; este se debe ir instaurando de forma progresiva, para que el organismo se vaya acostumbrado al nuevo despertar dos o tres días antes del comienzo. Muy relacionado con el despertar, está la hora en que se han de ir a la cama; puede ser útil indicarles a los hijos que se acuesten, o acostarlos, cada día un poco antes para que se levanten por la mañana con el tiempo necesario para asearse, desayunar, e ir al cole. «Un sueño reparador es esencial a estas edades», afirma la doctora Inés Hidalgo, responsable del grupo de Sueño de la  Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP)

Otros horarios que han que recuperar son los relacionados con las comidas y el consumo de televisión, videojuegos o tecnología. «Hay que recordar que los hijos no deben tener televisor, ni ordenador en su habitación.  Son recursos muy útiles para ocio o para trabajar, pero se deben compartir con la familia; de esa forma se puede evitar el posible aislamiento del hijo y se puede ejercer un control de estos, ante un posible uso inadecuado de los mismos», como afirma el doctor Jesús García Pérez, responsable del grupo de Pediatría Social de la SEPEAP. Una vez se ha iniciado el curso es conveniente acordar – y en los adolescentes negociar –  los horarios de estudio y descanso en casa.

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El día debe empezar con un desayuno completo. Diversos estudios relacionan la falta de rendimiento escolar en aquellos alumnos que no desayunan o lo hace de forma insuficiente.

El estado de salud requiere una alimentación completa y variada. Hay que comer de todo. El día debe empezar con un desayuno completo. Diversos estudios relacionan la falta de rendimiento escolar en aquellos alumnos que no desayunan o lo hace de forma insuficiente. Es un hábito que nunca se debe perder y, si se ha relajado esta costumbre en verano, es buen momento para retomarla positivamente. No se deben perder comidas, ni comer más de la cuenta. Los excesos también se pagan.

Los hábitos saludables ayudarán a que las defensas de los niños estén en condiciones óptimas. Los colegios son espacios con gran número de personas y por tanto con gran exposición a diferentes riesgos de virus y enfermedades. «Las vacunas protegerán a los alumnos del riesgo de agresión de distintos gérmenes. De ahí la importancia de que los hijos  e hijas estén bien vacunados, siguiendo las instrucciones de su pediatra», afirma el doctor García-Sala, responsable de vacunas de la SEPEAP.

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